martes, 19 de febrero de 2013

Pentálogo para quien desee vivir de la escritura


1. REDACTAR SIN FALTAS DE ORTOGRAFÍA NI ERRORES DE PUNTUACIÓN. Parece una obviedad, pero muchos textos de autores que aspiran a ser publicados no pasarían un examen de lengua de bachillerato. Si un editor encuentra faltas en vuestro libro lo descartará inmediatamente, y lo mismo sucederá si no sabéis distinguir la coma del punto. El primer requisito para que os paguen por escribir es que la editorial no necesite corregir vuestros errores. El texto tiene que estar impecable.
2. LOGRAR UN ESTILO FLUÍDO Y FUNCIONAL. Quien escriba de manera barroca y alambicada ya puede despedirse de lograr un contrato editorial. La sobredosis de adjetivos, las frases y párrafos largos y cargados de subordinadas, las palabras rebuscadas no son para un editor signo de pericia literaria sino de todo lo contrario. Se considera un estilo propio de principiante. Al escritor profesional se le exigen frases más bien cortas, las palabras y adjetivos justos, un estilo neutro, fácil y agradable de leer. En esta industria, ser pretencioso se paga -literalmente y literariamente- con la autopublicación.
3. ADAPTARSE A LAS EDITORIALES. Un error que cometen muchos autores principiantes es escribir aquello que les viene en gana y mandarlo a una editorial sin conocer a fondo lo que publican. Así es prácticamente imposible que les encaje, porque la estrategia tiene que ser a la inversa: primero hay que ver qué publica un sello y luego escribir algo que se ajuste a lo que están buscando. Suena poco poético, pero estamos hablando de algo que al fin y al cabo es un trabajo.
4. OLVIDARSE DEL PREMIO NOBEL. Los delirios de grandeza no ayudan precisamente a abrirse camino en el mundo de las editoriales. Los profesionales del sector huyen de los autores que creen ser Shakespeare y valoran en cambio que seas humilde, adaptable y trabajador. El escritor profesional aparca su ego y se pone al servicio de lo que piden los lectores a través de las editoriales. No le importa escribir ideas de otros o incluso redactar para una firma que no es la suya en la portada del libro. Insisto: es un trabajo.
5. ESTAR DISPUESTO A ESCRIBIR CUALQUIER COSA. Para llegar a vivir de la escritura hay que sumar muchos ingresos pequeños y medianos. Por eso pocas veces podrás escribir esa novela que tienes en mente. Es más probable que te contraten para redactar obras divulgativas, libros de texto o, con suerte, la imitación de una novela que esté funcionando mucho ahora mismo, como las Sombras de Grey. Eso hay que combinarlo con tareas de negro literario, traducciones, correcciones y lo que se ponga por delante. Horario de sol a sol, noches incluidas, de lunes a domingo.
Si os seduce este plan de vida y tenéis facilidad para escribir, podéis llegar a vivir de esto. Ahora, mi consejo es que, si amáis la literatura, consigáis primero un buen trabajo. Con vuestras necesidades ya cubiertas, podréis dedicar vuestro tiempo libre a escribir la novela que os apetezca, sin presiones de ningún tipo. A fin de cuentas, con la edición digital ya no hay que pasar por las exigencias de las editoriales. La elección es vuestra.
Espero que esta modesta carta de navegación editorial os sea útil.
Con cariño,
Francesc

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