viernes, 23 de enero de 2015

“La Metamorfosis” de Frank Kafka, con audiolibro

   Un ser se despierta una mañana y su vida ha cambiado, sus capacidades, sus necesidades, su aspecto. ¿Qué hacen su familia y sus jefes por él? Dejarlo reventar y sentirse aliviados por ello. Esta tremenda metáfora, este imposible sufrimiento nos demuestra quienes son las cucarachas en este mundo, la verdad es que somos casi todos, por lo menos… un tiempo.

    Un buen hombre, un buen hijo y hermano se transforma, como si le hubiera venido una racha de mala suerte o enfermedad, es parte del simbolismo kafkiano, y descubre que ya no es el ser válido social ni económicamente que sustentaba a su familia y daba grandes dividendos a su empresa vendiendo telas de manera concienzuda.

    La sociedad repudia su diferencia, sobre todo su poca productividad, la que le exige una sociedad que valora al hombre por lo que produce. Lo encierran por monstruoso, por incómodo, lo alimentan escasamente y no le muestran ni el más mínimo atisbo de  ternura o comprensión. El hombre no “válido” se encuentra solo y marginado. Esos a los que tanto bien les había hecho, en su hipocresía familiar, encuentran en él a un ser fracasado, impotente, una vergüenza que esconder, un obstáculo, un incordio, de manera que incluso lo niegan como familiar o amigo. Empiezan a desconectar la imagen anterior de la actual, disociándolo, por el bien de sus conciencias.

    El día que explota y desaparece es un día de alivio, se acabó esa presencia que les pudiera hacer reflexionar sobre sus propias deleznables imperfecciones, esa reflexión que les hubiera llevado a ver el proceso de deshumanización que han ejecutado sobre el pobre Gregorio Samsa


    Magnífica narración, superlativa metáfora, brillante sensibilidad social, retrato impactante y cainista de la familia y un comienzo terrorífico hacen de esta “novella” una lectura imprescindible y atemporal. La realidad más cruda, la muestra el autor junto a sucesos fantásticos, hechos kafkianos, para poner intensidad en la parte más cruel del humano como grupo frente al individuo y sus deberes sociales. La narración, en tercera persona, con un narrador omnisciente nos permite comprender todos los entresijos de cada uno de los personajes y el guiño de los soliloquios de Gregorio, nos hace sentir con horror los tremendos pensamientos de ese ser solo, marginado y deshumanizado por falta de respaldo y comunicación.

Audiolibro

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