viernes, 15 de diciembre de 2017

“El Cuento de la Criada” de Margaret Atwood análisis AMUM de noviembre

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    La Asociación de Mujeres Universitarias se ha reunido una vez más en el Marbella Club para estudiar en profundidad una obra literaria. En esta ocasión nos ha dolido el alma de mujer por la conciencia de los horrores que están sucediendo en el mundo contra nuestro sexo y la libertad de las personas, ambas concentradas en esta historia que evoca más al “horror” humano del que hablaba Conrad cuanto más se ancla a la realidad y menos a la distopía.

    En esta sociedad dictatorial, teocrática, androcentrista y patriarcal que ha novelado la Atwood, hemos descubierto que la mujer es una vez más, como muchas otras en la vida real, “en función de”, las esposas en función de su marido, criadas (de crear) en función de su maternidad, sirvientas-Marthas en función de su trabajo en la casa y las tías-monitoras en función de su trabajo como socializadoras de sumisas. Las otras mujeres, las que no se someten, las que no se vacían de inquietudes y deseos personales, esas, son “no mujeres”, carroña. Este punto nos hace reflexionar sobre la explotación del ser humano, y la certidumbre de que la sociedad patriarcal está estructurada para mantener el status quo, pero es tremendamente injusta con la mujer, un ser humano al que se le exige y se le educa para que se sacrifique, que cuide de los demás, los haga felices, les sirva y finalmente sientan el vacío de la marcha de los hijos, la independencia de los hombre y la vejez sin compasión. Por más que la mujer crea vida, da vida y es el centro de esta novela, no tiene poder, sólo obligaciones y responsabilidades.

Resultado de imagen de EL CUENTO DE LA CRIADA    Hemos reflexionado también sobre las formas de control social, sobre el miedo como herramienta para evitar conductas que pueden provocar actos violentos o exclusiones sociales. Y una vez más hemos comprobado como el sistema es tan maquiavélico que consigue poner a la propia mujer guardiana de la moral, como la peor enemiga de la mujer. Por este motivo es tan interesante asociaciones como la nuestra, donde las Mujeres sororizan, cooperan y sienten que el éxito profesional, personal, académico de cualquier miembro es una victoria que alimenta la vitrina de trofeos del equipo.

    Otro tema que subyace es la gestación subrogada, un eufemismo en opinión de la mayoría que esconde una tragedia, ya que mujeres pobres ponen en peligro sus vidas para llevar en su vientre un hijo in vitro de otra familia o de inseminación artificial que luego, tras el parto será cambiado por un montante económico, un nido de explotación, mafias y malas prácticas, aunque también se puede hacer por amor a una amiga, o un familiar que no pueda llevar a cabo el embarazo, la puerta está abierta al alquiler de vientres. En la obra hay mujeres, que como vacas de cría se dedican a quedar embarazadas y dar a luz hijos para las élites cuyas mujeres son estériles en masa, pero no tenemos que ir muy lejos, conocemos futbolistas y artistas, muchos de ellos que se atreven a darnos lecciones de moral y que se han hecho con hasta cinco hijos comprados porque se lo pueden permitir económicamente.

Resultado de imagen de EL CUENTO DE LA CRIADA   La obra, que nos ha abducido a la par que nos ha martirizado, nos ha llevado sin descanso por un calvario de ofensas, humillaciones, lo peor de lo peor que se pueda aguantar para dejar de ser un ser individual. ¿Por qué no hemos dejado el libro si nos dolía? Una socia lo ha reflexionado y ha concluido que el ser humano siempre mantiene la esperanza, la esperanza en que se rebelen, en que se organicen, en que les ayuden desde fuera, en que se descubra que el sistema nuevo, el que busca un comportamiento pegado a las Escrituras de esta Teocracia reconozca qe está corrompido, que sólo sirve para controlar a las masas pero que las élites pervierten los mandatos y se dan a los placeres de manera subterránea.

    Pero ¿por qué surge un sistema autocrático, reductor de la individualidad y las libertades de una sociedad como la estadounidense? Es que nuestra sociedad, la actual, la que finalmente es aniquilada en el libro, no es perfecta, está acabando con los recursos naturales, es verdad que nuestros mares están llenos de metales pesados, que hay cada vez más esterilidad, unos creen que de tanto tomar medicamentos para el control de la natalidad, otros que por la contaminación, otros porque estamos muy ocupados y en realidad ni hay tantos actos reproductivos ni se realizan con intención de reproducirse. Nuestra sociedad es imperfecta, mantiene clases y las clases bajas viven en condiciones tremendas en comparación con los dispendios que hacen las grandes fortunas, además muchas de estas fortunas se consiguen de manera poco ética, así que la población está crispada, dispuesta, nada en un caldo de cultivo apropiado para poner sus esperanzas en cualquier iluminado que nos ofrezca un cambio, aunque, luego, vemos lo que hacen muchos populistas cuando llegar al poder, vuelven a crear clases, a someter a otros ciudadanos y a corromperse, lo hemos visto con la Revolución Rusa, el régimen chino o la propia Venezuela. Además, como el nivel cultural y el acceso a la información es también propiedad de las clases medias, tenemos una población con posibilidades de organización, capacidad para distinguir los manejos de los poderosos y para reaccionar por ello.

Resultado de imagen de EL CUENTO DE LA CRIADA    El control de la cultura que se hace en la narración, sobre todo a las mujeres, la prohibición del acceso a ella es uno de los métodos más antiguos para evitar que la población se rebele, hemos recordado cuántas veces se han prohibido lecturas o ha estado prohibida la educación, hoy en día a millones de mujeres en países islámicos y en occidente hasta el siglo pasado. La sumisión tiene mucho que ver con el autoconcepto que se tiene de uno mismo, si se mantiene iletrada a la población ni saben reaccionar ni son conscientes de que pudieran hacerlo, es un seguro para el sistema teocrático de la novela.

    Nos ha llamado la atención que en esta organización social, pierden todos, los hombres que en principio quedan en situación de poder, sobre todo si son de las clases poderosas, pierden compañeras de camino, por ese motivo el “comandante” juega al scattergori  con la protagonista, que es una “criada”, porque es una mujer culta, una compañera con la que poder retarse intelectualmente, pero debe hacerlo en la clandestinidad, tanto tener cultura como tener relación con ella es muy peligroso. El ejercicio de la cultura crea personas con opinión propia y pensamientos organizados, esos que están en un lugar que no se pueden requisar, la mente.

    La obra está contada de manera que el presente en plena distopía se nutre con continuos flashbacks de la situación anterior al cambio de régimen y a los momentos que llevaron a la captura y reeducación de la protagonista. Este movimiento nos hace ver una frase que se dice en la obra “La humanidad es muy adaptable cuando quiere conseguir algo”, qué miedo de algunas adaptaciones. Sólo una socia ha encontrado la estructura un poco confusa, en líneas generales ha sido una lectura no sencilla pero sí accesible. El libro es una pesadilla, un libro susto como dijo una compañera, una tortura por la falta de libertad y sentimientos, pero muy bien escrito.

    El documento final, es una conferencia que cuenta a modo de investigación lo que ocurrió, muchas de las socias la hemos considerado fuera de lugar.

    Hemos reflexionado sobre la deshumanización que escatima al ser humano las relaciones de piel, el sexo legal en la obra es frío, mecanizado, el artilugio para conseguir una producción de nuevos humanos, una extraña y humillante ceremonia donde la esposa comprueba cómo el marido insemina a la criada asegurándose que no haya ninguna muestra de afecto ni pasión. El sexo subterráneo es tan deshumanizado como ya lo es en nuestra sociedad, alguien paga y ese alguien goza, el que cobra lo hace por necesidad o en este caso por necesidad de sobrevivir. Además, las relaciones humanas son frías, falta alegría en esa teocracia fundamentalista como dijo una socia, es una sociedad rígida, donde la espontaneidad te puede costar la vida o mata tu interior.


    El perdón es uno de los conceptos que se debatieron porque engrandece a quien perdona, libera del cáncer del odio y el resentimiento. En la novela hay muchos conceptos de las Sagradas Escrituras y del uso que el puritanismo y otras mentalidades sectarias hacen de ellas, un punto de vista que obvia al Concilio Vaticano II donde Dios es Amor y Amor es Dios. En el caso de las “tías”, las señoras encargadas en la novela de “educar” a “criadas” podemos distinguir a las mujeres que todos conocemos que sacan sus malos instintos en nombre de Dios, juzgando, reprimiendo, ejerciendo un poder que no tendrían de otra manera.

    Aunque podamos pensar que esto es un “cuento”, todas las ideas están extraídas de la realidad como bien ha dicho su propia autora y una socia nos hizo alusión a la situación en Afganistán, un país que cuando se escribió la obra en 1985 tenía mujeres juezas, universitarias y ahora, esas mujeres, si están vivas y no las han lapidado, viven dentro de un burka con un marido barbudo que le niega la identidad de persona y el acceso a la información y la cultura. En muchos países islámicos, se demuestra la importancia de la mujer sometida con Ministerios de la Mujer ocupados no es el desarrollo de sus carreras y sus personalidades, sino en que estén bien entrenadas para la sumisión, para que cuiden y procreen. Y en otros o en los mismos, son las propias mujeres las que realizan las atrocidades de mutilación genital, muchas veces por amor a la hija, para que la quiera un hombre y se puedan casar, para que no sean tratadas como putas.

    No pudimos evitar mencionar otras distopías de la época como “Fahrenheit 451” o “Un mundo Feliz” y nos enzarzamos en una discusión sobre por qué a mediado de los 80s se produce este interés por estos regímenes deshumanizadores y por qué se están reeditando esos libros. Según una tertuliana, en aquel momento se planteó un cambio de paradigma, de valores, y ahora el comportamiento del presidente Trump lo ha hecho renacer.

    En la novela, cada tipo de mujer va uniformada de una forma, las criadas como monjas de la Caridad, aunque en rojo, el uniforme despersonaliza, anula la individualidad visual del ser humano. Todos conocemos la importancia del vestido, refranes como “como te veo el jato así te trato”, forman parte del ideario social. Según comentó una socia, en la actualidad hay una tendencia de diseñar vestuario de mujer más recatado para evitar que sean acosadas, terrible.


    Finalmente, nos hemos preguntado quién estaría detrás o arriba de toda esta sociedad, un ganado entretenido en pastar y procrear, al que no se le permite salir de la valla, ¿quién se beneficiaría?, ¿quién movería los hilos? ¿Y por qué es invisible?

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